Mis pasos resonaban por los vacíos pasillos del lugar, no había podido llegar a tiempo a este evento tan importante para ti... pero aún había oportunidad para alcanzarte. La gente que terminaba de arreglar el recinto, se quedaba observándome, poniéndose a murmurar como si yo no pudiera escucharlos. Sonreí de manera suave al pensar que ellos quizás pensaban que, el ramo de rosas que llevaba en mis manos, venía de por parte de otra persona. ¿ Cuándo aclararías aquel asunto con Kamijo? ¿ Cuándo dirías que esto no era un cuento de hadas, que se regía en que la princesa debía de quedarse con el príncipe? A veces, al no ver intención tuya de aclarar esto, me hace sentirme triste, pero después me acuerdo que yo soy quien te tiene; el que estrecha tu cuerpo cada noche y no él. Entonces me doy cuenta de que en realidad, no importa si los demás saben lo nuestro o no.
¿Sabes? Desde que te conocí, la luz del amanecer es más brillante, incluso cuando cierro los ojos, puedo ver ese brillo en mi corazón. En algún momento olvidé la ternura y el calor, pero aquel día en que te conocí y me permitiste frecuentarte me diste la esperanza y el coraje para ver la vida de una manera nueva y diferente. No supe en que momento los sentimientos hacia un amigo cambiaron, para volverse un amor que solo se le puede tener a esa persona especial. Intente por todos los medios alejarme de ti, pero tu me buscabas y hacías que me perdiera en tus pupilas, que mostraban tristeza ante mi comportamiento. Al darme cuenta que solo te causaba daño, hice todo lo posible para comportarme como si nada pasara, pero llego el día en que me sentía sofocado, que moriría si no te decía sobre mis sentimientos, y entonces, sucedió.
Junte nuestros labios en un suave beso, que demostraba todo este amor, que con ninguna palabra en este mundo podía describir. Cuando me separe, vi como la sorpresa se reflejaba en tus pupilas, y pensé aquello, era lo peor que había podido hacer. Pero todo cambio de un momento a otro, fuiste tú quien unió nuestros labios, nuevamente, ahora en un beso completamente diferente; era más profundo y mostraba más sentimientos de los que yo pude haber demostrado con aquel mediocre roce que te di.
Me sonreíste mientras te alejabas, no con aquella hermosa sonrisa que te caracteriza, si no con una, aún mas hermosa. Uno de mis largos y rubios mechones de cabello, fue atrapado entre tus delicados dedos; entonces, de tus labios brotaron palabras sinceras. Tan hermosas, y que estremecieron por completo mi cuerpo, que se apresuro a estrechar el tuyo con fuerza, mientras atropelladamente, te decía, cuanto te amaba.
Desde ese momento, las cosas no pudieron haber tomado mejor rumbo. Aunque nadie sospechaba de nosotros, todos creían por tus jugarretas, que tenías algo con Kamijo. Que en verdad era tu amante, al dedicarle palabras cariñosas por las redes sociales, pero nada tenía que ver con la realidad... y en este momento estaba dispuesto aclarar todo este asunto.
En el momento en que iba abrir la puerta de tu camerino improvisado, saliste tú de el, mirándome con sorpresa. ¿De verdad creías que no iba a venir verdad?. Le sonreí amorosamente, extendiéndole las rosas, de esa sonrisa, solo tu podrías ser el causante, ¡Oh como me encanta cuando pasas tus brazos por mi cuello! Yo pase los míos con cuidado por tu talle, y me quede ahí, sin que importara que hubiera más gente.
-Hizaki! Llegaste... Gracias...- Bajaste la mirada un par de segundos, de manera coqueta. Y luego susurraste un delicado- Te amo tanto...- Que me puso mas feliz al momento, mis manos rozaron tus mejillas y se perdieron acariciando tus cabellos.
Busque tus labios, como quien busca agua en el desierto. Me correspondiste, de una manera que no había sentido antes. En este momento, en el que estás entre mis brazos... en el que nos entregamos en un beso de desbordante amor, ya nada mas importa. Me separo, solo para apoyar mi frente en la tuya y dejar que mis aliento se mezcle con el tuyo, al igual que las palabras que mi corazón recita.
- ...Y yo te amo... te amo ti, mi Reina.... mi hermoso Kaya.
